Crónica bicipaseo hasta el Talasoponiente

Teníamos muy claro desde las primeras reuniones del grupo de trabajo que complementar la formación recibida con actividades extraescolares en el que los padres y madres pudieran asistir y con las que se diesen cuenta de que es posible integrar la bicicleta en su vida urbana diaria era algo que teníamos que hacer sí o sí. Al fin y al cabo está más que demostrado que la mayoría de las familias viven en un radio de como mucho 5 kilómetros a lugares rutinarios, entre ellos los colegios.

De ese modo, el día 29 de abril participamos organizando el recorrido de un bici-paseo de unos ocho kilómetros (ida y vuelta) en el que les guiaríamos desde el colegio, situado en el barrio de La Calzada (Gijón), hasta el centro Talaso-Poniente Sport cercano al puerto deportivo.

De por medio todo un reto, ya que aunque el trayecto lo habíamos diseñado a conciencia, sería nuestra primera actividad guiando a un buen número de chavales actividad que se podría englobar en los cursos de nivel 3 que tenemos en nuestro programa de biciescuela.

Acompañados por Chechu Rubiera, la directora Geles, los profesores de ambas aulas y un par de padres, pedaleamos en grupo con unos cuarenta chavales/as a través del tráfico motorizado primero y luego por el Parque de Moreda y la acera-bici de Poniente respetando a los peatones.

Antes de la salida del centro les volvimos a recordar la importancia de revisar la bici como previo a realizar cualquier viaje mediante la simple "regla de la M" que aprendieron en clase, así como asegurarse de que la ropa no hiciera peligrar su seguridad. Las instrucciones fueron claras:

• circularemos en grupo, de dos en dos, por el centro del carril, y nunca adelantaremos a los monitores de cabeza, haciendo las maniobras que realicen (arrancar, incorporarse, señalizar, frenar, torcer, tomar…),
• no subimos por las aceras en bici, respetando la zona delimitada en ellas para bicicletas,
• manos en los frenos siempre,
• prestar siempre la máxima atención al entorno que nos rodea.
• miramos y señalizamos (si es necesario) antes de realizar una maniobra,
• tocar el timbre si es necesario para advertir de nuestra presencia,
• dejar una bici más o menos como distancia de seguridad...

Por el camino los alumnos/as también supieron identificar las señales de tráfico y los posibles riesgos sin problemas y no hubo conflictos en los sitios críticos, rotondas y semáforos básicamente, gracias a la predisposición de los conductores.

Ya en el Talaso, tanto los chavales como los acompañantes pudieron disfrutar de una visita por las distintas instalaciones, así como una masterclass de ciclismo indoor a cargo de Baltasar y Vanessa —los monitores encargados de esta disciplina— que agotaron por completo las energías a todos. Acto seguido, los participantes pudieron relajarse un poco y hacer ganas de comer practicando natación en la piscina marina activa.

En total fue una visita de 3 horas de duración en la que todo el mundo se lo pasó fenomenal incluidos nosotros, los monitores.