(noticia sacada de La Nueva España, 05-02-2013) Aladino Fernández quiere hacer de la Vega el punto de partida de una senda verdeEl geógrafo urge a construir la ronda norte para mejorar las conexiones urbanas y aligerar de tráfico la entrada de la autopista en la ciudad.Elena FERNÁNDEZ-PELLO Aladino Fdez, profesor Geógrafo de la Universidad de Oviedo, cerró el ciclo de conferencias de la Agrupación Municipal Socialista de Oviedo (AMSO) sobre el futuro urbanístico de la ciudad, con una propuesta para «introducir en Oviedo una senda verde de doble uso, peatonal y para las bicicletas, ligada a la Fábrica de Armas de la Vega y cuyo objetivo sería la unión de espacios verdes y parques culturales, como la misma Vega y la Fábrica de Gas». «En época de crisis sería lo más barato», señaló el geógrafo, y su desarrollo se debería hacer por tramos. El primero, explicó, partiría del complejo de la Vega y saldría hacia la Fábrica de Gas, hacia el casco antiguo. Fernández propone cerrar al tráfico de automóviles el Postigo y la calle Paraíso. Luego continuaría por Otero, siguiendo la trinchera de la vía de tren y el túnel abandonado, para conectar con el Parque de Invierno. Más adelante se añadiría el Campo San Francisco, el del Oeste, el Purificación Tomás y el Naranco, para regresar por Santullano a la Vega. «Todos ellos son parques metropolitanos, bien comunicados, que mezclan lo verde y lo cultural», indicó. Podría llegar incluso, añadió, a la Zoreda, donde hoy, observó, «el abandono es extremo». En la Vega, al igual que el arquitecto José Ramón Fernández-Molina, Fernández quiere colocar un centro de recepción de visitantes y un museo de la ciudad, entre otros recursos. El espejo en el que mirarse está en Asturias, señaló, y es Valnalón, en Langreo. El recinto de la Vega, agregó, ha de mantener su arbolado porque, de hecho, siempre ha sido «un jardín metropolitano». Su proposición para el futuro de la Vega, que incluye la conversión del último tramo de autopista en un bulevar, constituye «una opción más», y su exposición, ante el abarrotado salón de actos de la Casa del Pueblo de los socialistas, le sirvió de excusa para analizar diversos aspectos del urbanismo local. «Oviedo, a pesar de ser una ciudad de servicios, es una ciudad industrial, la mejor conservada de la región, con las fábricas de armas y la de gas», manifestó, añadiendo que la ciudad ha «preservado el modelo de localización industrial decimonónica», con las factorías próximas a las zonas residenciales. «Yo soy un defensor de la ronda norte», manifestó después. «El Naranco está muy afectado por las construcciones, pero hay barrios que necesitan estar conectados» con la red viaria regional, reconoció, así que, en su opinión, «la ronda norte es necesaria y además es una forma de restar tráfico a la entrada de la autovía», y ésa sería la manera de transformar el tramo final de la «Y» en un bulevar. Se refirió al casco histórico. «Hay que regenerarlo. Ahora está parasitado por los bares de copas, los ruidos... y todo eso está matando el casco antiguo, con la pérdida de habitantes y el deterioro del patrimonio que supone. El casco antiguo se muere», denunció. También se mueren los árboles de Monte Alto, en el corazón del parque Purificación Tomás, advirtió, por la plaga de procesionaria. Fernández se refirió al Campo San Francisco, sujeto a la continua agresión del tráfico que lo circunda, y al paseo de los Álamos, con el adoquinado de Antonio Suárez perpetuamente maltratado. A pesar de los errores urbanos, reconoció que el casco antiguo está lleno de pequeños jardines, algunos privados, y afirmó que Oviedo dispone de dos millones de metros cuadrados de parques, una proporción satisfactoria pero que carece de buenas conexiones entre sí. Ésa es, precisamente, la deficiencia que Aladino Fernández propone subsanar con la senda peatonal y para bicicletas. |