2014/09/05al08: Galaico-portuguesa por el Miño |
(Fecha tope para apuntarse: 15 AGOSTO) PLAZAS AGOTADAS!! GUÍA: Isabel (tfno. 661927059) SALIDA: 5 de septiembre de 2014, 20.30 hrs. desde Albergue Aguancheiro, Mougás (Pontevedra). LLEGADA: Mougás DURACIÓN: viaje de 3 días (6 , 7 y 8 de septiembre de 2014) DISTANCIA: 135 km. (60+75+20) TRANSPORTE: En coche particular. Descripción de la ruta.En el puente del día de Asturias volvemos a aprovechar para viajar a la comunidad autónoma vecina, Galicia, y realizar esta ruta que por una parte discurre al lado del mar y por otra a ribera baja del río Miño visitando pueblos gallegos y portugueses con mucho encanto. Disfrutaremos de sus viñedos, fortalezas, castros, flora y fauna inigualable así como de sus vistas sobre la ribera durante casi todo el camino usando para ello carriles-bici, carreteras sin tráfico y tramos de pista con buen firme. Como novedad, este año hemos modificado un poco la ruta respecto al año pasado con innumerables alternativas que nos harán disfrutar aún más si cabe de la desembocadura del Miño en su margen portuguesa. Así que no os la podéis perder. El primer día no es realmente un día de cicloturismo ya que prácticamente será de desplazamiento, cada uno por su cuenta en coche particular, hasta los alojamientos concertados más abajo en Mougás (Pontevedra). Se recomienda salir de Asturias a mediodía para llegar a la hora de la cena. De camino y quien venga por la costa, os recomendamos echarle un vistazo al Ribadeo monumental, al área recreativa de La Magdalena —en Villalba— y su playa de río, o ya casi llegados a nuestro destino a la fortaleza de Monterreal en Baiona desde donde se ven las imponentes Islas Cíes o el Santuario de la Virgen de La Roca. Tras el día de viaje y disfrutar del menú de cena nos habremos ganado un merecido descanso con la brisa marina susurrándonos. El segundo día tenemos previstos hacer unos 60 kilómetros. Saldremos de Mougás pedaleando el carril-bici que viene de Baiona por el litoral, y que por tramos al lado de la carretera y tramos desviándonos por pista pisada fácil nos llevará por aldeas pesqueras contemplando la Sierra de La Groba. Pasaremos por el Monasterio de Santa María de Oia —no tiene visita guiada—. Contando con elementos góticos, románicos y barrocos jugó un importante papel en la defensa de la costa. Los orígenes del Monasterio de Santa María de Oia, no están demasiado claros ya que no existe documentación hasta el siglo XII cuando Alfonso VII dona la Ermita de San Cosme a los monjes o con la posterior llegada de la reforma del Císter a Galicia. La proximidad de la edificación al mar es un signo distintivo de la villa ya que ninguna otra propiedad de la Orden del Císter se encuentra tan cerca. La cala que se sitúa frente al edificio era frecuentemente usada como refugio, de hecho era el único abrigo que ofrecía la costa para las embarcaciones que zarpaban de Baiona. Una de las historias más recordadas se sitúa en 1625: tres embarcaciones cristianas, dos portuguesas y otra francesa son perseguidas por piratas moros en busca de las riquezas que portaban. Las naves atacadas no ven donde refugiarse sino en la pequeña bahía de Oia. Los monjes y una batería de soldados que habitaba el Monasterio, debido a su reconocimiento como Plaza Fuerte, estaban obligados a defender la costa. Aunque una de las leyendas más famosas que se relatan es sobre uno de los monjes que había sido soldado, cargó una libra de pólvora y disparó gritando “¡En nombre de Santa María del Mar!”. Con este disparo se cuenta que hundió la mejor nao de los moros. Este hecho llegó incluso a oídos del rey Felipe IV que felicitó y premió la actuación de los monjes y de la villa de Oia. En este momento la leyenda cobra tintes de realidad al comprobar el acta notarial levantada por Lorenzo del Castillo. Pero no es la única anécdota a lo largo de la Sierra de la Groba ya que a lo largo de ella existen innumerables fortificaciones, castillos, petroglífos y castros. Así pues entre tanta historia iremos llegando a A Guarda, desembocadura natural del río Miño. Si vamos en sábado es día de mercado pudiendo disfrutar de las viandas que los productores locales traen para vender. Aunque lo que lo que realmente nos interesa de esta zona es el Monte Santa Tegra. Tras algo más de dos kilómetros de subida podremos olvidarnos del esfuerzo admirando la capilla de Santa Tecla, patrona de los informáticos, o los castros de Da Forca o de Citania; así que dejaros cautivar por las explicaciones de los guías gratuitos y todo os cobrará sentido. Aunque lo realmente bello del lugar son las maravillosas vistas que nos ofrece el Miño en su desembocadura junto con la vecina Portugal. Todo esto en apenas 23 kilómetros. A continuación tomaremos el ferry para cruzar a la vecina Portugal, concretamente a Caminha, momento en el que por la ecopista del río Minho, tomaremos el camino portugués de Santiago pasando por diversos pueblos del litoral alejados de las grandes carreteras. Lo haremos hasta llegar a Vilanova do Cerveira, donde más o menos será ya la hora de comer. Será a la vera del río Miño, en el Parque do Castellinho un sitio con mucha sombra en el que nos sorprenderá su agradable Aquomuseu Do Río Minho, zona refrescante por antonomasia de la villa ya que cuenta con un circuito gratuito con juegos de agua para el disfrute de todos. Por lo tanto no os olvidéis del bañador y del calzado de agua en vuestro equipaje. Ya por la tarde, y para completar los 60 kilómetros previstos, seguiremos el Camino de Santiago por carreteras locales sin tráfico y atravesando un sinfín de aldeas hasta llegar a Valença do Minho donde cenaremos y caminaremos un poco por el interior de la fortaleza que protege el casco antiguo. Todo en Valença do Minho es puro contraste. Quizá ese sea su particular encanto. Es más, ya en sus primeros años —tras la coronación de Sancho I a finales del siglo XII— a la ciudad se la conocía por el nombre de Contrasta, debido a su rival posición con la gallega Tuy y con la que en la actualidad forma una eurociudad como muestra de cooperación e integración entre ambas ciudades separadas tan solo por dos puentes que atraviesan el río Miño. Y aún hoy, ocho siglos después, los portugueses y españoles se enfrentan a dos modos de vida radicalmente distintos con el verdoso Miño por testigo. A lo largo de los siglos, Valença ha tenido que protegerse de invasiones árabes y otros entuertos bélicos, pero su dominante historia no comenzó a escribirse hasta el siglo XVII. Fue entonces cuando la ciudad —punto clave en la defensa de la provincia del Minho— se convirtió en plaza fuerte con la construcción de una de las principales obras de la arquitectura militar gótica y barroca del país, inspirada en los principios del arquitecto francés Sébastien Le Pestre, señor de Vaubán, allá por 1643. Aunque sus primeros muros se levantaron en el siglo XII, su actual recinto fortificado se reforzó en el XVIII, creando dos cuerpos inexpugnables en forma de corona, que bien debían guardar discretos encantos, teniendo en cuenta el celo que pusieron en custodiarlos. El valor estratégico de las fortificaciones de Valença fue tal en Portugal que sólo Almeida y Elvas admiten comparación. Sus cuatro puertas de acceso —Coroada, Gaviarra, Fonte da Vila y Sol— son hoy paso de turistas con cámaras y bolsos al hombro. Por no hablar de las principales, las Portas do Meio, que unen la Coroada con A Praça, el recinto magistral, a través de un puente que delimita un foso y de un largo arco abovedado. En la actualidad son testigos pétreos de los grandes atascos que produce la entrada a la ciudadela de un ejército de vehículos motorizados que aparcan donde ven. Y, claro, el gran «error» del señor de Vaubán y sus coetáneos fue no pensar que los caballos de los señores feudales iban a ser sustituidos por una desmesurada industria automovilística capaz de conquistar cualquier fortaleza por muy doblemente reforzada que ésta estuviera. Pero Valença es mucho más que una muralla; es recorrer 800 años de historia multicolor con pintorescas callejas estrechas de cantos rodados, iglesias, tiendas y casonas señoriales. Destacan la estatua de São Teotónio de Coroada —primer santo portugués— junto a la capilla de Bom Jesús, la plaza de la República, un curioso reloj con dos caras del Ayuntamiento o el vestigio romano del siglo I d.C. en forma de un monolito cilíndrico a Marco Miliárico con inscripciones que marca las 42 millas de distancia entre Braga y Tuy. El tercer día saldremos de Valença pedaleando a la vera del río Miño por la ecopista do Minho hacia Monçao, otra ciudad amurallada en la que sobresale su castillo y sus termas romanas. Dicha ecopista aprovecha una antigua caja de vía del tren y más de algún apeadero es usado hoy como expositor fotográfico, como el apeadero de Senhora Da Cabeça, donde se muestra algo deteriorado la historia de este tramo ferroviario de 12 kilómetros de longitud. De camino, rodeados de viñedos, merece la pena visitar también el claustro del convento de Ganfei, próximo a la ecopista o la Torre de Lapela. Pondremos especialmente cuidado al pasar las talanqueras existentes con las intersecciones a la misma que llevan a los campos de cultivo próximos. Dejando atrás Monçao entraremos de nuevo en España, concretamente a Salvaterra Do Miño llegando al refrescante Parque A Canuda. Aquí comienza una de las pocas subidas fuertes de poco menos de 1 kilómetro, que transcurre entre viñedos, para disfrutar de las vistas del Miño desde lo alto. Bajaremos por distintas aldeas, cada cual más bonita y con innumerables cruceiros, para al final, tras dejar atrás el Balneario de Caldelas, tomar una pista con divertidas dunas (tramo BTT), y por momentos un poco estrecha, que nos llevará a la bonita localidad de Tuy, donde comeremos y visitaremos su casco antiguo, el cual tiene bastante que ver. Por la tarde iremos rumbo hacia La Guardia, por carretera comarcales, sin tráfico, siguiendo por momentos la Ruta do Viño y cruzando varias veces la carretera general. Tras pasar Goián y Eiras, tomaremos la "Senda de los Pescadores" o del río Tamuxe y a continuación la senda de la desembocadura del Miño. Aquí podremos disfrutar de esta pequeña “doñana gallega” totalmente pegada al río y al mar llegando, tal como dice su nombre, justo a su desembocadura. Todo por pista sin dificultad, algún tramo de arena que habrá que bajarse pero sin complicación, para culminar el día disfrutando de la puesta de sol. Ya solo quedarán 5 kilómetros para llegar a La Guardia por una pasarela de madera encima del mar y cerrar los 75 kilómetros de esta etapa en su bonito puerto. Será tiempo de disfrutar de los mariscos y de descansar en los alojamientos concertados, o disfrutar de las fiestas de la Virxe da Guía que se celebran en esta primera semana de septiembre. El cuarto y último día, volveremos a Mougás saliendo por el paseo marítimo de A Guarda dirección al Museo do Mar, con su característica atalaya. Disfrutaremos pues, de 20 kilómetros con diferentes vistas sobre el tramo inicial del segundo día. Al llegar al final de ruta, quien tenga tiempo, fuerzas y quiera perderse por la zona recomendamos gastar un poco de tiempo en Baiona y disfrutar de las vistas de la fortaleza y torre de Monterreal, hoy parador nacional, darse un bañito en la Praia Da Ribera o Praia Da Ladeira o subir hasta el Santuario de la Virgen de La Roca o el faro del cabo Silleiro. Alojamientos, desayuno, comida, cena.
El primer día se ha reservado cena conjunta en el restaurante del albergue Aguancheiro para los que se alojen allí. En el parque Do Castelinho de Vilanova do Cerveira existe un bar donde comprar bocadillos bastante grandes por 3 EUR y el menú por 7 EUR. Para cenar en Valença do Minho os recomendamos hacerlo dentro de la fortaleza y como no eligiendo bacalao —plato estrella de la región— en cualquiera de sus preparaciones. El último también cena conjunta para celebrar la despedida como una gran familia y disfrutando de la gastronomía del puerto de A Guarda bajo los fuegos artificiales de las fiestas de la Virxe da Guía. Rutómetros alternativos.El tercer día de ruta podremos:
Perfil de la ruta.Recordatorios, anotaciones y enlaces.La inscripción en estas rutas cicloturistas y/o actividades englobadas en nuestro calendario supone la aceptación de todas las condiciones que se indican para poder realizarla, y el conocimiento y aceptación de las “ Normas de funcionamiento de las salidas de Asturies ConBici”, del “ Reglamento para la participación de menores de edad en las actividades de Asturies ConBici”, y del " Documento de Exención de Responsabilidad de AcB" (que al inicio de la misma habrá que firmar, si procede). Estos documentos están disponibles y publicados en nuestra web oficial a través de dichos enlaces. A la hora de apuntarnos, indicaremos: nombre y apellidos (requeridos para el seguro), si soy socio o no, y si vamos a coger el transporte indicado y dónde (por temas de organización). |