Para cuando los confinamientos de Castilla y León y de Asturias se levanten proponemos hoy la segunda parte del Camín Real de la Mesa (que no deja de ser la primera en trazado y serena belleza). Podría deciros que es una calzada romana muy bien conservada , una camino medieval cuyo portazgo generaba pingües beneficios a la corona; que es también el único ramal de la Vía de la Plata que se atreve a aventurarse y a la vez atravesar la Cordillera. Es eso y muchas cosas más. Pero sobre todo es la mejor ruta que se puede hacer en una (y también con una) bici de montaña. No tiene atajos, no hay salidas, no hay cobertura, no cabe ni la retirada estratégica ni el abandono. Son tan solo 22 km los que separan el pueblo leonés de Torrestío del asturiano Puerto de San Lorenzo. Y salvo una subida al principio, el recorrido es sorprendentemente llano porque los romanos preferían añadir longitud al recorrido antes que cambiar de cota. Llano en términos de una ruta de montaña ha de leerse bien. Llano significa que la ruta va uniendo collados sucesivos de parecida altitud pero que subjetivamente nuestro cerebro percibe como de larguísimas subidas a las que sigue siempre una minúscula bajada.
Aterrizando en lo concreto: dejaríamos algún coche en La Plaza (en Teverga) para subir luego con las bicis en el resto de los coches al Puerto de Ventana donde empezaría uno de los tramos de enlace. Diez kilómetros nos separan por asfalto de Torrestío (todo en bajada). Y seis horas después otros diez km de asfalto con pendientes endemoniadas (descendentes) nos dejarían de nuevo en la Plaza. ¿Conocéis alguna otra ruta que pueda presumir de empezar y acabar bajando diez kilómetros? Yo sí, pero os lo cuento después de la publicidad.
Os vais apuntando y eso. La fecha, el primer domingo post-confinamiento con buen tiempo.