Este sábado 18 de octubre continuamos en Gijón, tal y como teníamos programado en nuestro calendario, con la formación de una quincena de alegres ciclistas en esto de las dos ruedas bajo un marco responsable y de seguridad. Es de destacar como, en apenas dos horas, una niña de cuatro años puede llegar llorando al curso por miedo a aprender cosas nuevas y como salir del mismo con una sonrisa de oreja a oreja por haber adquirido los conocimientos. También nos sorprende que los asistentes son personas realmente concienciadas con la importancia de saber usar la bicicleta con seguridad y con el respeto a todos los entes que intervienen en la calzada.

Esta vez fueron todo féminas las que aprendieron a montar en bicicleta por primera vez, repitieron nivel para finalizar el aprendizaje del equilibrio u asistieron por primera vez al nivel de habilidades ciclistas, en el que quizás lo más complicado sea aprender a confiar en que —hablando de la frenada de emergencia— la bicicleta te puede salvar de un apuro en último momento.

Así que.... sigan practicando y, teniendo su vehículo a punto ya verán como no hay por qué tener miedo, ¡¡confíen en su bicicleta!!

La totalidad de las fotografías de esta sesión se encuentran disponibles en nuestro perfil de Facebook.

Estadísticamente, sigue siendo mayoritariamente mujeres las que asisten a nuestros cursos y, segmentando por edad, pues a partir de la cincuentena con la particularidad de que no pudieron aprender en su día por el motivo que fuera. Aunque últimamente esto está cambiando ya que cada nueva sesión vemos que hay más padres que confían en nuestra formación para que aprendan sus hijos —incluso repiten— y, la verdad, es un alago ya que es muestra que nuestro programa es conciso y de calidad.

Queremos hacer saber también a la gente a la que se le haya confirmado su inscripción y que luego no asiste al curso, que su acción está privando de antemano del mismo a otra persona. Dada la gratuidad del mismo y del carácter voluntario de los monitores no es nada agradable ni serio el no avisar con el debido tiempo para encontrar un sustituto.